En un puerto lleno de necesidades, algunos políticos ven la política como un trampolín para sus ambiciones personales. Pepín Ruiz es un ejemplo claro de cómo el derroche de recursos puede convertirse en un espectáculo de campaña vacío de contenido.
Mientras él invierte en su imagen, las colonias más vulnerables siguen enfrentando rezagos que afectan su calidad de vida. La política debería ser una herramienta para resolver problemas, no un negocio. Las familias en el puerto necesita representantes que gestionen recursos para mejorar las calles, alumbrado y espacios recreativos, no para financiar campañas millonarias.
Un verdadero líder trabaja por y para la gente. Es momento de exigir compromiso real, no shows de autopromoción. El empresario y expriista, hombre cercano al exgobernador Javier Duarte de Ochoa
Fuente: Redes