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El escándalo que envuelve al Sanatorio Palmore parece no tener fin, y un nuevo nombre se suma a la lista de responsables: Yolanda Márquez Q., contadora de la institución. Se le acusa de estar directamente involucrada en un supuesto fraude millonario que afecta tanto a proveedores como a la comunidad médica. Hasta el momento, Yolanda Márquez ha mantenido un inquietante silencio, negándose a responder ante las exigencias de los afectados.
Un hospital de prestigio manchado por malas prácticas
A pesar de los ingresos significativos que el hospital genera mensualmente, la administración, liderada también por Ricardo Vargas Ruiz, Director Médico, y Luis Enrique Muro Hernández, Director Administrativo, no ha brindado explicaciones sobre una deuda que asciende a más de un millón y medio de pesos. Estos recursos fueron destinados a la compra de insumos médicos que ya fueron utilizados tanto en la atención a pacientes como en las prácticas de estudiantes de la Escuela de Enfermería.
La figura de Yolanda Márquez como encargada de las finanzas coloca bajo la lupa el manejo de los recursos del hospital. “Es inaceptable que una institución con más de 100 años de historia esté involucrada en este tipo de situaciones.” declaró uno de los proveedores afectados, además enfatizó que el silencio solo incrementa las sospechas.
Fraude disfrazado de excelencia
Mientras el hospital sigue operando con normalidad, las deudas acumuladas y la falta de pago a los proveedores revelan una administración negligente y posiblemente corrupta. Los directivos, incluido Ebers García Dorantes, Presidente del Consejo, han optado por no dar la cara, dejando a los proveedores en una situación financiera crítica.
El Sanatorio Palmore enfrenta el riesgo de perder completamente su prestigio si no actúa de manera inmediata para saldar sus deudas y ofrecer garantías de transparencia en su gestión. La falta de respuestas no solo afecta su reputación, sino también a los proveedores quienes aún no tienen ninguna respuesta al respecto.
Es momento de que Yolanda Márquez Q., junto con Ricardo Vargas Ruiz, Luis Enrique Muro Hernández y Ebers García Dorantes, rindan cuentas ante los proveedores afectados. El silencio y la opacidad ya no son opciones